Estoy
golpeado, la destrucción a punto de consumarse pero no. Me pongo a escribir
esto que les leo hoy. Quince días antes, no debo spoilear la trama de Los desquiciados. Debo explicar que se
trata de la precuela o el eco de otra novela llamada Fisher editada en 2016 por 17 GRISES y que se construyó sobre la idea de reconstruir
una ciudad partiendo de sus mitologías y creencias pero deformadas. Deformadas
por el ojo y los sentidos de un tipo que no está en sus cabales. Así como
Michael Douglas en un día de furia, o el carnicero de Gaspar Noe o Bombita Rodriguez
pongamoslé. Seres serenos que por algún motivo pierden las formas y se
calientan poco por conservar el orden normal de nuestra decadencia. Nuestra
decadente y ordenada vida de reglas impuestas por la sociedad de consumo de las
cuales podría aburrirlos de ejemplos pero de las cuales solo voy a limitarme a
decir que se reduce a perseguir una zanahoria que nunca vamos a terminar
de alcanzar... Pero me fui y volvamos. Debo hablar de Los desquiciados pero primeramente debo explicar Fisher: una novela inexplicable porque
yo, el yo que narra y dirige las acciones de un montón de infradotados poniendo
el caos en la ciudad ,desconoce o desecha de la estructura convencional o
clásica de un relato.
Fisher y Los
desquiciados están construidos para leer en el baño, de a cachos, de
atrás pal ante o como se te cante y supongo en parte que eso se lo debo a
venir de la poesía… Un lenguaje donde el aire entre los textos(ergo lo omitido
o a reponer) es tan importante como lo
propiamente escrito,pero me fui y volvamos. En Fisher hay tres ejes temporales:
Un
pasado con Bahía llena de descampados e inmigrantes arrastrados por los favores
del general Perón , un presente en el que por algún motivo hay una
catástrofe e impera el caos y un futuro posapocalíptico ligado a la
ciencia ficción donde un grupo de bahienses lucha ya por conservar la
especie en un desierto radioactivo. En ese hecho se centra Los desquiciados, en la
posibilidad concreta de la destrucción y la desaparición…Y ahora bien ustedes
me preguntarán ¿qué desaparición? ¿La desaparición de nosotros como ser
individual?¿La desaparición de lo bahiense? ¿De los bahienses? ¿La
desaparición de lo que nosotros despreciamos de la ciudad?¿Qué posibilidad concreta
existe de que esto suceda? ¿Existe? ¿En manos de quién? ¿La consideramos o solo
está ahí como formando parte del agujero negro de nuestras conciencias?; ¿Nunca
les pasa que a veces se hacen preguntas que en el mismo instante que se las
formula quiere anular la respuesta? La otra vez fui a ver unos cerámicos a un
famoso corralón de la ciudad. En su frente relucía majestuosa una gigantografía
de iconos del deporte local ( creo que estaba Ginobili, Pepe Sanches y alguno
más) los miraba y recordé cuando viví unos 4 años en White. A unos metros
de las plantas del polo. Miraba esa gigantografía y pensaba que los bahienses
miran así la destrucción… Como algo de cartón pintado que está ahí y no jode a
nadie. ¿Lo piensan realmente???¿Lo pienso realmente? Me fui y volvamos; Así
como en mi primer novela Fisher
trabajé en la construcción de la ciudad exagerando sus mitologías y llevándolas
al extremo de lo real, para construir Los
desquiciados, el texto que cuenta o intenta dar cuenta de cómo y en manos
de quién podemos volar todos por al carajo dejando un agujero negro en el mapa,
para construir Los desquiciados, o
sea la destrucción o desaparición, tuve que valerme de personajes
despreciables;
Explicar
qué circunstancias los arrastran a agruparse para sembrar el caos y elegír un
tono fueron las dificultades mayores, pero si les digo más les cuento todo. Los desquiciados es un texto incómodo
porque narra un episodio y un contexto incómodo. Se vale de señuelos e imágenes
que saturan nuestros estímulos a diario como el sexo y la violencia pero hasta
en ellas roza la incomodidad. Es ese
pensamiento que incomóda y está ahí. Vos sabés que va a ser para cagada pero
querés saber igual, es una cascarita que te da placer rascar y movés a riesgo
de que sangre pero me fui y volvamos.
Una
vez una amiga, a la cual escucho mucho lo que opina sobre lo que escribo porque
sabe poco del mundo literario, me preguntó qué necesidad tenia de mostrar
siempre la oscuridad.
Escribo
historias con tramas complejas porque Bahía Blanca contrariamente a los
inmaculado del nombre está atravesada por un entramado de relaciones
socioculturales de alta complejidad. Escribo porque sueño con equilibrar el
cosmos desde este pequeño espacio de resistencia que es la literatura. Escribo
sobre los manejes de esta ciudad porque no encuentro otro lugar donde dejarlo
sentado y siento que la literatura es el último lugar donde se van a venir a
meter. Escribo para los que consideramos que Bahía puede ser una ciudad más
habitable. Escribo y sueño. Cosas incomodas pero honestas al fin. Tómenlo o
déjenlo. Gracias.
#este
texto fue leído en la presentación conjunta de Hemisferio Derecho en su festejo
por los 10 años de fundada la editorial en el marco del Primer Festival de
Narrativa Bahia Blanca 2017