Vistas de página en total

domingo, 15 de noviembre de 2009

Alberto Laiseca


autor de la mítica novela Los Sorias, me recibe un sábado al mediodía en su casa del barrio de Caballito. Lo veo acercarse a la puerta del edificio como un holograma, sonriéndome desde detrás del vidrio, por debajo de sus bigotes. Primero la puerta, luego la vasta biblioteca forrada de blanco, dos gatos repartiéndose una cama matrimonial, un escritorio tapado de libros. En el patio interno dos perros japoneses. Me indica dónde están los ceniceros y me invita con cerveza. Laiseca es enorme, en el sentido más enorme del adjetivo enorme.


Valeria Tentoni: Empecemos con Poe, que era terrible en sus historias con las mujeres, pero en la vida real era muy dulce. Alberto Laiseca, con su manual Sadomasoporno. ¿No es un poco Poe?


Alberto Laiseca: Si, en ese sentido totalmente. Por suerte yo he tenido y voy a seguir teniendo mucha mejor relación con las mujeres. Poe era hombre de una sola mujer porque Virginia, su esposa y prima, era débil mental. Era muy linda, lo sé por grabados de la época, pero tenía una cabeza de seis años. El les tenía miedo a las mujeres, tenía muy mala relación con el mundo femenino; no es que fuera misógino, les tenía miedo. Por suerte a mi no me da por ese lado, en ese sentido he sido más afortunado que Poe.


VT: Vos decís que te humanizaron, las mujeres.


AL: Totalmente. Sin las minas no hubiera sido ni la mitad de una persona. Hubiese sido un hijo de puta, sin las minas no existís. Cada una me enseñó lo suyo. Todas las mujeres son distintas, contrariamente a lo que dicen los machistas. Y la mujer que viene no se parece en un carajo a ninguna de las que tenías antes. Eso es lo bueno y lo terrible, porque con cada mina tenés que empezar de cero. Pero al mismo tiempo te da un crecimiento nuevo, precisamente por ser distinta.


VT: En tus obras el amor viene siempre emparentado a la aplicación de torturas


AL: Funciona un poco como un juego, salvo en Los Sorias, donde hay torturas en serio, que practica el Monitor. En general mis personajes, con los que yo me identifico, hacen falsas torturas. Poe era un poco más duro con sus minas en la ficción. Berenice es el cuento más espantoso que escribió; ¡y lo escribió el día de su casamiento! No solamente la entierra viva, sino que además va y con ella ahogadita le saca todos los dientes con una pinza larga. Eso no tiene nada de juego. En la vida real no, él dividía. Yo no necesito hacer una división tan dramática. Todas las historias de amor, suelen ser terribles, pero no en el sentido de auténtica tortura.


VT: Los personajes mujeres son siempre las víctimas, no es que te esté acusando…


AL: ¡Hay pero es que es tan lindo! Las chicas son tan hermosas, ellas mismas están pordioseando un chancletazo didáctico…


VT: En el Manual Sadomasoporno decís “Azotarás a la puta con angustia”. ¿Cuál es el lugar de la angustia en el amor?


AL: La angustia de saber que te van a dejar. Las relaciones entre el hombre y la mujer, para mí son como Vietnam. Vos tenés disciplina de soldado; triunfaremos, la guerra va a ser ganada por nosotros, los dos vamos a ganar, hasta el último minuto; triunfaremos. En este mismo momento tengo toda la esperanza de que el milagro se puede dar; entre un hombre y una mujer, entre una mujer y yo. Pero el milagro tiene que ser siempre entre dos, un acto de alquimia. Aunque los Rusos estuviesen a cincuenta kilómetros de aquí, los vamos a esperar en pie. El amor es siempre militar.


para ver entrevista completa visite

jueves, 13 de agosto de 2009

Dobleces y apellidos inacordables


Definitivamente

este es el fútbol de hoy

Bolatti cedido a préstamos

sin opción desde Porto

El venezolano dejado libre de Colón

Más algún arranque

de Pastore y De Federico


Me pregunto,

porque se me canta,

Como salió el Barsa

mientras el hijo de uno

de los delanteros

Se redunda tratando

de explicar el apellido

de su madre

Del libro “el método Cappa”(inedito)